lunes, 16 de mayo de 2011

Mariano Lacambra Marín, un barbastrense polifacético.

Mariano Lacambra Marín, carboncillo de Tomás Fierro. Gentileza de Toni Buil.


Muy buenas tardes a todos.


Resumir la vida de una persona en tan breve tiempo es complicado pero, en cualquier caso, deberemos intentar contextualizarnos con la época, cerrar los ojos e imaginarnos como era la situación de nuestros antepasados para poder entender donde se desarrolló su vida y obra.

El siglo XIX fue un siglo de penurias; las guerras contra los franceses, las carlistas, la pobreza de la población y las sequías y enfermedades. También fue una época de cambios políticos. En 1833, por ejemplo, con la nueva organización de España por provincias y la rivalidad que surgió entre Barbastro y Huesca por la capitalidad.

La vida diaria.

En todos los lugares de España se tenían algunas costumbres que no eran muy saludables ni higiénicas. Como no había desagües se tiraban las “aguas” a la calle. El Coso barbastrense era de tierra y, para remediar el asunto, se construye una alcantarilla bajo el mismo. Novoa nos describe el cambio: “la que a principios de 1847 era una calle casi intransitable fue al final de 1848 la mas capaz y hermosa de la ciudad”

Algunas enfermedades eran bastante más frecuentes de lo que nos imaginamos. En 1855 el cólera arrasa la población y en pocos días se contaban 600 fallecidos.

La mayoría de las personas, un ochenta por ciento, eran analfabetas. La burguesía barbastrense era la clase privilegiada y los propietarios de casi todo.

En 1843 aparece el primer periódico publicado en Barbastro, llamado “La Atalaya de Aragón”, gracias al alto nivel económico de los burgueses de la ciudad y a la necesidad, como único método en aquella época, de informar y difundir las ideas políticas y religiosas.

D. Mariano.

En el popular Entremuro a las siete y media de la tarde, el 18 de diciembre de 1854, nació Mariano Lacambra Marín.

En 1870, tras las agitados tiempos de la revolución, el hijo, nieto y bisnieto de maestros albañiles, inicia su actividad con las obras de la fuente del Vivero y en 1876 construye una presa en el rio Vero.

El “Tramway” Barbastro-Selgua.

En 1861 inician el Ayuntamiento y los mayores contribuyentes de la ciudad, tras la inauguración del la línea de ferrocarril Barcelona-Zaragoza, los trámites de la concesión del “tramway de sangre”.

José Lacambra Mora, padre de Mariano, “realizó todos los trabajos, obras y explanación general del tranvía”. En 1878 cambia la concesión de las obras y allí está el joven maestro-albañil Mariano Lacambra.

El año 1886, a los 35 años, se casa con Ángela De Antonio.

La “luz eléctrica”.

Barbastro ya tenía alumbrado en sus calles mediante 119 faroles de aceite, pero en 1891 inaugurará, mucho antes que otras ciudades más grandes, la “luz eléctrica”. D. Mariano implicado en todas las obras importantes de la época -sin demasiada modestia- nos cuenta: “hice el artefacto que suministró el primer fluido eléctrico para Barbastro”.

Emprende la instalación del “alumbrado público y particular” de la Ciudad de Monzón. Se pone en servicio en 1899 gracias, según nos cuenta un periódico de la época, “al celo y actividad del inteligente Maestro de obras, nuestro particular amigo y paisano D. Mariano Lacambra”.

Sería interminable la lista de obras, croquis, proyectos y reparaciones que realizó y utilizando sus propias palabras; “por faltarme tiempo y espacio en este folleto sólo reseño a la ligera lo ya expresado”.

Mallada, Costa y su influencia.

En 1890 el oscense Lucas Mallada ya había radiografiado los “males de la patria” y aunque parecía lejano el desastre de las colonias, ya vaticinaba la necesaria “regeneración de la patria”.

La regeneración era el tema estrella de los titulares de la época -incluyendo “La Cruz del Sobrarbe” barbastrense- , que seguro leyó D. Mariano. En este periódico cada uno daba su propia receta para la regeneración de España pero, una cosa estaba clara, todos arrimaban la sardina a su ascua.

El espíritu emprendedor de D. Mariano, en aquellas fechas, ya estaba totalmente convencido de la necesidad de tomar parte activa en la regeneración de España.

La correspondencia con su amigo Joaquín Costa.

Joaquín Costa estuvo, en 1868, tal como nos cuenta el profesor Juan Carlos Ara, trabajando en la “Sociedad Extractora de Barbastro”. En esas fechas o en sus reuniones de la Cámara Agraria pudo tener lugar el encuentro entre Costa y Lacambra.

Según sus palabras, entre 1903 y 1910, se encontró varias veces con Joaquín Costa. Subiendo a "la peña de Barbastro" en "unión de D. Santiago Gómez y otros amigos", o comiendo, en su parada de camino a Madrid, en la fonda de "La Perla" "pues quería aprovechar el tiempo para hablar exclusivamente conmigo".

Muchas líneas de sus libros están dedicadas a Costa y en ellas expresa la influencia que sus palabras y sus libros tuvieron en su pensamiento y escritos. Es, según sus propias palabras, su “tributo a mi eminente paisano y respetado señor”.

Sus campañas.

La influencia de los regeneracionistas Costa y Mallada y la lectura de los periódicos de la época hizo plantear a Lacambra la necesidad de emprender su particular campaña “en pro del bien común”.

Es a partir de 1906, fecha de su primera publicación, cuando D. Mariano escribió “miles de cartas” y envió sus "folletos" a todos los estamentos de la sociedad española.

El resumen de todo su trabajo es la obra, en dos volúmenes, “La Regeneración de España” que recoge casi todos los folletos que editó y es un compendio, interesantísimo, de su pensamiento.

Sus “inventos”.

Los “artefactos” de Lacambra, hoy en día, nos parecen curiosos e incluso extravagantes pero tenemos que entender las carencias, y necesidades de la época. El conmutador “sistema Lacambra”, la turbina “sistema Lacambra”, el sifón iris, el calendario decimal “barbastrense” y el reloj kilométrico decimal son algunos de ellos.

Todos sus inventos y campañas los presentó en la exposición Hispano Francesa de 1908. Por sus trabajos recibió algunas medallas y diplomas.

Los riegos.

Los proyectos del pantano de Alquezar y el canal del Sobrarbe ya venían de lejos y él coge el testigo promoviendo los mismos. Él es promotor de la cerrada de Torreciudad, para recoger las aguas del Cinca, que luego se materializaría en el actual pantano de El Grado.

Su intensa relación con los promotores de Riegos del Alto Aragón; Romañá, Izquierdo y Felix de los Ríos, en defensa de los riegos, pretende la culminación de tan “magno proyecto”.

Todas las cartas coinciden en los valores como persona de D. Mariano y en su espíritu regeneracionista. Rafael Izquierdo, Ingeniero, autor del proyecto de dichos Riegos, en una carta describe la "patriótica empresa de redención por su querida tierra aragonesa" que lleva a cabo Lacambra, para terminar en su misiva con un deseo; "Si en cada pueblo hubiera un hombre como usted, el bien de España, por que todos suspiramos, se conseguiría inmediatamente".

Epílogo

Sus trabajos, con mayor o menor acierto, pretendían hacer la vida de sus vecinos un poco mejor.

D. Mariano fue un propagandista y estuvo la mayor parte de su vida promoviendo riegos, ferrocarriles, minas e industrias, e intentando regenerar su tierra y su país.

Mariano Lacambra Marín falleció en Barbastro en 1917 y sus restos descansan, tras una sencilla lápida, en el undécimo cuartón, nicho 13, junto a su esposa Ángela De Antonio fallecida el año 1922.

Me gustaría que estas sencillas líneas sirvan para honrar su memoria y agradecerle sus esfuerzos “en pro del bien común”.

Muchas gracias por su atención, y espero que haya sido de su interés.

[Esta charla tuvo lugar en la Biblioteca de Barbastro, el día 14 de mayo de 2011, dentro de la “Semana de las letras” que organiza el Excmo. Ayuntamiento de Barbastro.]

20160926 Para aquellos que deseen ampliar la información sobre la figura de Mariano Lacambra Marín pueden leer:

http://seirapowerplant.blogspot.com.es/2011/08/mariano-lacambra-marin-un-polifacetico.html