jueves, 31 de diciembre de 2020

Notas sobre la historia de la central de Seira (25): Y dicen que hay nuevos vecinos al oeste...





Los progresos de la “houille blanche” -la hulla blanca- son imparables. Cada año se ponen en servicio centrales más potentes. Las líneas eléctricas incrementan su tensión de funcionamiento a pasos agigantados y aumentan las distancias que separan los centros de producción y de consumo. La tecnología está evolucionando muy rápidamente y los americanos de General Electric han desarrollado unos cojinetes, para grupos más pesados, que permiten instalarlos verticalmente, como en la central de Niagara Falls. Esta innovación permite reducir el espacio que ocupan las centrales, colocando la turbina en su parte más baja y aumentando el rendimiento de las máquinas y también su salto útil. El aparellaje eléctrico no ha sido ajeno a estos avances; los transformadores y todo su equipamiento ya pueden instalarse en el exterior, sin edificios que los cubran, reduciendo el tamaño de las centrales, mejorando la refrigeración de los mismos y reduciendo costes.

En el Cinca se está trabajando para hacer realidad un proyecto para el aprovechamiento hidroeléctrico integral de la parte alta del río. Este utiliza las cuencas del Cinca, el no menos importante afluente, el Cinqueta, y todos los barrancos tributarios recogiendo sus aguas hasta los canales principales. También se pretende recrecer algunos lagos para acumular las aguas del deshielo invernal y aprovecharlas en el estiaje veraniego. Este conjunto de centrales escalonadas se complementaría, para garantizar la energía en periodos de sequía, con una central reversible. En España es una instalación totalmente novedosa y aprovecharía el lago de Urdiceto como embalse superior y junto a la central se construiría un embalse como acumulador inferior. 

Todas estas obras están utilizando gran número de obreros y materiales y para abastecerlas han instalado en Barbastro, en un apartadero de la estación de tren, su propio almacén y grúa. En Lafortunada estará la central más potente que se alimentará de los dos ríos. Allí estará ubicado el centro de trabajo, las viviendas para los trabajadores, talleres y el almacén para todo el sistema. Es una empresa ambiciosa y pretende construir una fábrica de cemento para no tener que depender de los proveedores y evitar los problemas, como ocurrió en Seira, que provoca la falta de una materia básica como es el cemento.

Juan Urrutia Zulueta 

Eusko-Ikaskuntza 

Fondo Bernardo Estornes


El alma de este gran proyecto es Juan Urrutia Zulueta. No podríamos entender el desarrollo hidroeléctrico de España en estos momentos sin su trabajo. Nacido en 1866, en Amurrio, su destino no estaba muy claro al fallecer su padre prematuramente, un modesto herrero, y quedar huérfano. Es criado y educado por una familia de buena posición que le permite estudiar la carrera de Ingeniería de Minas en Madrid. Al catedrático José María de Madariaga, introductor de los estudios de la electrotecnia en la escuela, le debemos la orientación de Urrutia a dedicarse al ramo eléctrico. En 1901, tras varios años como director de la Compañía Eléctrica de San Sebastián, constituye en Bilbao la empresa Hidroeléctrica Ibérica con el propósito de transportar energía eléctrica hacia su tierra. Sus primeros proyectos se centran en los ríos próximos y en 1904 ya cuenta con una central de 4.000 caballos en el río Leizarán y otra de igual potencia en el Ebro. En 1906 suma 8.000 caballos más en este río.

La creciente demanda de energía eléctrica propicia la compra de concesiones hidroeléctricas cercanas, aunque su mirada está puesta en el Pirineo. El río Cinca es el más cercano a las Vascongadas y le permitiría obtener grandes desniveles y caudales. Hace tiempo que sus aguas se utilizan, en su tramo inferior, para la generación eléctrica. A finales del siglo pasado, Mariano Lacambra instaló una pequeña central eléctrica para dar el servicio de alumbrado eléctrico a la ciudad de Monzón. Para el mismo propósito, en Barbastro, unos kilómetros aguas arriba, en 1903, Pablo Sánchez reformó el antiguo molino de Estada para la generación de energía eléctrica. La rápida evolución de la demanda le lleva, dos años después, a solicitar una ampliación de la concesión de 3.000 litros por segundo hasta los 10.000 litros para poder ampliar la potencia de la central.

No todas las concesiones solicitadas en este río llegan a dar servicio a poblaciones o empresas y algunas son meras especulaciones de empresarios y políticos. En 1908, por ejemplo, ya existe una concesión, propiedad de Jacinto Viñas Muxi, un empresario “indiano”, que tiene que solicitar una ampliación de plazos para que no le caduque la misma y “continuar” unas inexistentes obras. 

Diario de Huesca 7/11/1919
Hemeroteca del Diario del AltoAragón

Pero, afortunadamente, no todos los concesionarios tienen las mismas intenciones y algunos de ellos realizan estudios y proyectos de sus concesiones, como el ingeniero Juan Ledesma que, el año 1910, presenta un proyecto de aprovechamiento en el río Barrosa, afluente del Cinca.

Las nuevas instalaciones se suceden; donde no se instala una nueva central, es una nueva línea para alimentar el alumbrado público de un pueblo. Ricardo de Navascués, ingeniero militar, primigenio concesionario de los saltos del Ésera, solicita autorización para establecer una línea eléctrica para dar servicio en Torrente de Cinca. 

Los negocios y las fábricas comienzan a utilizar la electricidad para mover sus equipos y eso supone el incremento continuo de la demanda. La concesión de Pablo Sánchez en el molino de Estada se ha quedado sin posibilidad de ampliación y este ha decidido construir un nuevo salto, que se denominará Arias. El año 1911 se inaugura con un grupo de 1.500 kW.

La “Catalana” no es ajena a estos movimientos y ha solicitado nuevas concesiones aguas abajo y arriba de estos aprovechamientos. La brigada de estudios explora posibles ubicaciones para una central junto a la cerrada de Torreciudad y ha instalado una estación de aforos para recoger datos de los caudales. 

El Diario de Huesca se hace eco, el año 1912, de una visita de influyentes personajes en el río Cinca: 

“Hoy hemos tenido la satisfacción de saludar a don José Mansana, gerente de la "Sociedad general de las Fuerzas Hidro-eléctricas del Esera", que acompañado de los ingenieros señores Bastos, Araoz y Fuentes, y del acaudalado comerciante de Graus don Vicente Lascorz llegaron a esta villa [Boltaña] el 26 del actual [enero], hospedándose en casa del diputado provincial, nuestro querido amigo don Enrique Gistau. “

La visita parece que no tuvo demasiado éxito y, el año 1913, Ubaldo Fuentes continúa en solitario su proyecto y presenta una solicitud para un aprovechamiento en Bielsa. Acompaña documentación y planos de la instalación. Conoce bien la zona; su puesto de ingeniero director de la Thomson-Houston Ibérica le llevó en 1907 a realizar un viaje de estudios por el Pirineo para localizar concesiones para sus clientes. 

En 1917 siguen los estudios para el proyecto del Cinca y Urrutia ha obtenido, entre otras, la concesión de Ubaldo Fuentes, que pasa a engrosar el proyecto de Hidroeléctrica Ibérica. Urrutia, que desempeñó la labor de diputado durante dos legislaturas por la provincia de Huesca, en la demarcación de Benabarre, reparte su tiempo entre hacer realidad sus sueños y en su vehemente defensa de la hidroelectricidad. Esta le lleva a publicar sus ideas el año 1917 en un libro titulado “La energía hidroeléctrica de España y sus aplicaciones”. En él expone sus opiniones sobre la gestión de las concesiones y la importancia de la electricidad para el desarrollo de España y resume algunas de las modificaciones que, a su opinión, el Estado debería hacer en las nuevas leyes para que “desaparezca el formidable estorbo de los acaparadores de concesiones de saltos de agua que no tienen medios económicos de realizarlas” y asimismo, “se ordenen dichas concesiones en forma tal, que el aprovechamiento de la riqueza de nuestros ríos sea la más perfecta y más rápida posible, teniendo en cuenta que todo retraso equivale a una gran pérdida que no cabe subsanar más tarde”.


Su libro se edita de nuevo el año 1918 “por la favorable acogida” del mismo y actualiza su contenido y añade nuevas premisas como la necesidad de crear “una red general de distribución, la más adecuada para repartir la energía…con objeto de conseguir las compensaciones por irregularidades de caudal…y las garantías posibles contra accidentes por agentes atmosféricos”. 

Esta idea de una “red eléctrica nacional” no era nueva y ya la planteó, el físico jesuita Agustín Pérez del Pulgar, en 1915, en la revista Ibérica, con su visionaria inteligencia, para intentar subsanar la disparidad de tensiones y los problemas que planteaba que cada compañía tuviera su red independiente tanto para los abonados como para la gestión de la energía. Pero, cuando faltan dos meses para terminar este año 1920, el “legislador” no ha promovido ley alguna para arreglar este problema.

Afortunadamente en la cuenca del río Cinca los trabajos continúan sin descanso. Se inician en Pineta, donde un azud totalmente integrado en el paisaje desviará las aguas del Cinca a un canal cubierto. Este, siguiendo la trayectoria del valle, serpenteará hasta la cámara de agua situada a poca distancia del pueblo de Tella. Desde allí, sus aguas descenderán por dos tuberías los 475 metros de desnivel del salto, para “dividirse”, casi al final de su destino, en tres -en la trifurcación- y así alimentar directamente, cada una, su propia turbina Pelton. Sus alternadores verticales, - siguiendo la modernidad- sumarán más de cuarenta mil kilovatios y, probablemente, supongan un nuevo récord cuando se pongan en servicio. 

De momento, nuestros vecinos del oeste siguen trabajando y las obras siguen su curso.

Este artículo se publicó en el número 26 de la revista "Els Tres Llugarons", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en el invierno de 2020