Hans Caspar Escher
La familia Escher, a la que pertenecía Hans Caspar Escher, era una de las más importantes de Zurich. Durante más de quinientos años, miembros de dicha familia de patricios, habían sido comerciantes, industriales y diplomáticos.
A Hans Caspar Escher, ingeniero e industrial, siguiendo la tradición familiar, se le ocurrió fundar un taller donde perfeccionar los telares de su fábrica textil.
Pero la historia de la fundación de esta empresa, a comienzos del siglo XIX, no fue realmente tan sencilla y Hans Caspar Escher, cambió los planes que su padre había hecho para él, y estudió Arquitectura, que era lo que realmente le gustaba. La ocupación francesa de Suiza y su actividad militar le abrieron los ojos a su verdadera vocación: crear su propia empresa textil.
En 1803 construyó su anhelado telar en la bodega familiar y 1805, junto a su padre y varios socios más, fundó, con la asesoría jurídica del banquero Salomon Wyss -que puso el segundo nombre a la compañía-, una empresa para poder mejorar los defectos que había encontrado en sus telares. Esta sociedad, en pocos años, tendría renombre mundial y fue el germen de la industrialización de aquella parte del país.
La trayectoria, a partir de esa fecha, vinculada primero a la industria textil y más tarde a la construcción de máquinas de todo tipo, revolucionó con las ideas y el espíritu de Hans Casper la construcción mecánica. Una historia apasionante que va unida indisolublemente a la evolución de las turbinas hidráulicas.
Taller de Escher Wyss en 1875
La construcción de máquinas hidráulicas comenzó con la utilización de éstas en las fábricas de papel para aprovechar allí mismo su fuerza. A comienzo del siglo XX, con el transporte de la energía a larga distancia, en sus talleres de Zurich, construyeron las turbinas de la "Canadian Niagara Power Company" de 10.000 caballos cada una - las más grandes de la época -.
Escher Wyss y la Central de Seira
Escher Wyss & Co, en adelante EW, suministró las tuberías metálicas, las tres turbinas principales -con sus reguladores e instalaciones auxiliares- y las dos turbinas Pelton auxiliares, de la central de Seira.
Catalana de Gas y Electricidad, en previsión de la ingente cantidad de material que debía recibir, construyó un apartadero en la estación de Barbastro para poder recepcionar todos los materiales y suministros que vinieron por ferrocarril.
Todos los materiales que suministró EW recorrieron el trayecto de Zurich, donde estaba su fábrica, por ferrocarril hasta Barbastro y luego en carros hasta Seira. Allí se juntaban turbinas y tuberías con otros elementos menos tecnológicos como el grano necesario para alimentar las caballerías. Todos ellos subían por los polvorientos caminos de la Ribagorza en un lento peregrinar de caballerías.
La concesión del salto del Run con sus 138 metros de salto neto y un caudal de 7 m3/s, por sus valores, sugerían turbinas Francis. Mediante una doble rueda de 1.400 mm. de diámetro y 200 mm. de ancho se obtenían 10.600 caballos de potencia. La rueda estaba fundida en bronce y la cámara espiral -el caracol- junto a los codos de aspiración están hechos en fundición. Actualmente el acero inoxidable, más resistente a la cavitación, ha “jubilado” a los viejos rodetes. Un ejemplar original lo podemos ver en la puerta del museo de la electricidad de Seira.
El 3 de febrero de 1915, según el pedido 1560 [1550 según algunos documentos], se encargaron tres turbinas que llevan el número 5476, 5477 y 5478.
Como anécdota, el encargado de colocar las letras en el molde de la fundición se equivocó en el orden de las mismas, en la número 5476, y se lee "ESCHRE WYSS".
Las dos turbinas Pelton de 600 caballos que suministró también EW se utilizaban para producir, mediante dinamos, la corriente continua necesaria para la excitación de los alternadores y la continua, necesaria para los servicios auxiliares de la central –no tenían baterías-. Mediante dos alternadores se suministraba fluido eléctrico para la central, sus edificios y, en sus inicios, para los habitantes del valle.
BIBLIOGRAFIA:
Dr. B. Fehr, y otros, ESCHER WYSS 1805-1955. 150 ans d’evolution, Zurich, 1955, 286 p. [remplace le tome 27/28 du Bulletin Escher Wyss]
NOTAS:
La imagen de Hans Caspar Escher y del taller de Escher Wyss está sacada de la wikipedia.
Las imágenes restantes (4) están sacadas de un catálogo de la marca del año 1922.
Las imágenes en blanco y negro, mostrando detalles de las turbinas y sus accionamientos, fueron tomadas durante la modernización de los años 90.
La familia Escher, a la que pertenecía Hans Caspar Escher, era una de las más importantes de Zurich. Durante más de quinientos años, miembros de dicha familia de patricios, habían sido comerciantes, industriales y diplomáticos.
A Hans Caspar Escher, ingeniero e industrial, siguiendo la tradición familiar, se le ocurrió fundar un taller donde perfeccionar los telares de su fábrica textil.
Pero la historia de la fundación de esta empresa, a comienzos del siglo XIX, no fue realmente tan sencilla y Hans Caspar Escher, cambió los planes que su padre había hecho para él, y estudió Arquitectura, que era lo que realmente le gustaba. La ocupación francesa de Suiza y su actividad militar le abrieron los ojos a su verdadera vocación: crear su propia empresa textil.
En 1803 construyó su anhelado telar en la bodega familiar y 1805, junto a su padre y varios socios más, fundó, con la asesoría jurídica del banquero Salomon Wyss -que puso el segundo nombre a la compañía-, una empresa para poder mejorar los defectos que había encontrado en sus telares. Esta sociedad, en pocos años, tendría renombre mundial y fue el germen de la industrialización de aquella parte del país.
La trayectoria, a partir de esa fecha, vinculada primero a la industria textil y más tarde a la construcción de máquinas de todo tipo, revolucionó con las ideas y el espíritu de Hans Casper la construcción mecánica. Una historia apasionante que va unida indisolublemente a la evolución de las turbinas hidráulicas.
Taller de Escher Wyss en 1875
La construcción de máquinas hidráulicas comenzó con la utilización de éstas en las fábricas de papel para aprovechar allí mismo su fuerza. A comienzo del siglo XX, con el transporte de la energía a larga distancia, en sus talleres de Zurich, construyeron las turbinas de la "Canadian Niagara Power Company" de 10.000 caballos cada una - las más grandes de la época -.
Escher Wyss y la Central de Seira
Escher Wyss & Co, en adelante EW, suministró las tuberías metálicas, las tres turbinas principales -con sus reguladores e instalaciones auxiliares- y las dos turbinas Pelton auxiliares, de la central de Seira.
Catalana de Gas y Electricidad, en previsión de la ingente cantidad de material que debía recibir, construyó un apartadero en la estación de Barbastro para poder recepcionar todos los materiales y suministros que vinieron por ferrocarril.
Todos los materiales que suministró EW recorrieron el trayecto de Zurich, donde estaba su fábrica, por ferrocarril hasta Barbastro y luego en carros hasta Seira. Allí se juntaban turbinas y tuberías con otros elementos menos tecnológicos como el grano necesario para alimentar las caballerías. Todos ellos subían por los polvorientos caminos de la Ribagorza en un lento peregrinar de caballerías.
La concesión del salto del Run con sus 138 metros de salto neto y un caudal de 7 m3/s, por sus valores, sugerían turbinas Francis. Mediante una doble rueda de 1.400 mm. de diámetro y 200 mm. de ancho se obtenían 10.600 caballos de potencia. La rueda estaba fundida en bronce y la cámara espiral -el caracol- junto a los codos de aspiración están hechos en fundición. Actualmente el acero inoxidable, más resistente a la cavitación, ha “jubilado” a los viejos rodetes. Un ejemplar original lo podemos ver en la puerta del museo de la electricidad de Seira.
El 3 de febrero de 1915, según el pedido 1560 [1550 según algunos documentos], se encargaron tres turbinas que llevan el número 5476, 5477 y 5478.
Como anécdota, el encargado de colocar las letras en el molde de la fundición se equivocó en el orden de las mismas, en la número 5476, y se lee "ESCHRE WYSS".
Las dos turbinas Pelton de 600 caballos que suministró también EW se utilizaban para producir, mediante dinamos, la corriente continua necesaria para la excitación de los alternadores y la continua, necesaria para los servicios auxiliares de la central –no tenían baterías-. Mediante dos alternadores se suministraba fluido eléctrico para la central, sus edificios y, en sus inicios, para los habitantes del valle.
BIBLIOGRAFIA:
Dr. B. Fehr, y otros, ESCHER WYSS 1805-1955. 150 ans d’evolution, Zurich, 1955, 286 p. [remplace le tome 27/28 du Bulletin Escher Wyss]
NOTAS:
La imagen de Hans Caspar Escher y del taller de Escher Wyss está sacada de la wikipedia.
Las imágenes restantes (4) están sacadas de un catálogo de la marca del año 1922.
Las imágenes en blanco y negro, mostrando detalles de las turbinas y sus accionamientos, fueron tomadas durante la modernización de los años 90.
Josan, ya hablas de las Escher Wyss .... el martes que viene vuel vo a Tarrassa i escaneo todo el catalogo !
ResponderEliminarMuy buenas Feliu. Gracias por tu tiempo y dedicación. Tu si que eres un crack!!!
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