Pese a los planes iniciales y el esfuerzo realizado, la central de Seira acumula un importante retraso en su puesta en marcha. En un intento por suplir esta demora, y evitar la intranquilidad en los inversores, se firma un acuerdo con la Eléctrica del Cinca para llevar su producción sobrante a Barcelona. Para transportar los 2.000 kilovatios que produce la central de Arias, se instala desde su ubicación junto al río Cinca, una línea eléctrica de 50 000 voltios hasta Las Ventas de Santa Lucía, donde se conecta con el trazado de la línea de Seira a Barcelona. No estaba proyectado interrumpir esta línea en tierras aragonesas, y será en ese punto donde se construirá, más adelante, la nueva subestación de Perarrúa. La noche del 12 al 13 de abril comienza el suministro a Barcelona de estos sobrantes de energía del Cinca. En agosto se pone en servicio la subestación de Barcelona, y a finales de mes, la de Sabadell. A finales de octubre llega a Tarrasa, «donde ha continuado el servicio sin anormalidad digna de mención, salvo algunas interrupciones poco importantes, debidas a perturbaciones atmosféricas, que esperamos evitar en su mayor parte cuando se instalen los aparatos de protección hace tiempo pedidos en América a la sociedad Westinghouse».
Desde 1916 la actividad en las obras del río Ésera se ha incrementado,
y este año, para finalizarlas, Catalana de Gas ha sacado una suscripción
pública de 30 000 bonos al portador, con un interés del 6%
anual, libres de impuestos presentes y futuros, amortizables a la par en diez
años. Con estos 15 millones de pesetas pretende terminar la central de Seira,
de 44 000 caballos, cuya mitad estará pronto acabada, así como
una central térmica de reserva en San Adrián de Besós, línea de conducción,
puestos transformadores y equipo de la red.
En los mentideros y en los periódicos las obras de la central avanzan más
rápidamente, según nos cuenta El
Ribagorzano:
"...están muy
adelantados los trabajos de la importante sociedad «La Catalana del Gas y de
Electricidad», que está realizando en Seira y el Run. Por lo que falta de
construir y por las pilonas colocadas y el tendido de cables que ya se va
llevando a cabo, demuestra evidentemente que dichas obras van a terminar en
breve plazo con gran regocijo de los que en Barcelona esperan para muy pronto
el aprovechamiento de la fuerza eléctrica, y de los accionistas de dicha
sociedad."
Pero la realidad es bastante más tozuda que
todas las vehementes opiniones y todavía tendrán que pasar bastantes meses
hasta su puesta en servicio.
Visitas a las obras
Visitas a las obras
La colonia escolar de Capella está pasando
el verano en Castejón de Sos y visita la presa de Villanova. Para relatar esta
actividad escribe en su diario de apuntes:
"...almorzados, a las seis, salimos
para la presa. El encargado señor Almuzara nos recibe cariñosamente. Este
amable señor nos guió por todo, explicándonos con gusto y claridad aquella
maravilla del ingenio humano. El señor Maestro le da las gracias, y el señor
Almuzara dijo que se felicitaba de tan pequeña molestia en favor de los niños y
en pro de la cultura nacional. Cansados de la mañana, tenemos descanso hasta
las seis, que vamos a la fuente de Urbano, provistos de caramelos."
El Centro Excursionista de Cataluña, vista
la importancia de las obras en el Ésera, también programa una visita a las
obras de Catalana camino del chalé de la
Renclusa. En el grupo figuran ilustres catalanes como Cambó, Ventosa,
Durán, Rahola, Guimerá y Millet, entre
otros. Para agasajar a tan importante grupo, el Orfeón grausino, que mantiene
una fluida relación con otras formaciones musicales catalanas, prevé organizar
unos festejos. Las complejas circunstancias que se viven en Barcelona obligan a anular el viaje.
En agosto, después del intento fallido, el
líder político catalán, industrial y accionista Francisco Cambó visita las obras de Catalana en compañía del señor Calderón
y del notable pintor escenógrafo Olegario Junyent. Luego sigue camino hacia Huesca, donde come
en el hotel de Chaure, para continuar a las once y media de la noche hacia
Jaca y Pamplona.
Los problemas no cesan...
Durante este año, por problemas con Escher
Wyss, la empresa suiza Sulzer suministra las 200 toneladas de acero en forma de
tuberías. Para poder desplazar estas mercancías por territorio francés, en
guerra en esas fechas, se deben solicitar permisos de difícil tramitación.
Escher Wyss se aprovecha de estas autorizaciones de Catalana y remite material con destino a otro cliente, lo
que impide la llegada de los tubos a la central de
Seira. Por ello hay que pedir al Gobierno francés otro permiso de tránsito, y
esto conlleva un nuevo retraso en la entrega.
Inmersos en los complejos suministros,
algunos otros asuntos permanecen en segundo plano. Tras un largo periodo de
trámites, en octubre se notifica la concesión del salto de Puente Argoné a
Catalana de Gas, que incluye unas condiciones impuestas por el Consejo
de Obras Públicas. Algunas de ellas son imposibles de cumplir, y un mes más tarde el ingeniero jefe de las obras de Seira, Federico
Jiménez, en una carta dirigida al director general de Obras Públicas, solicita
la ampliación de los plazos de inicio y terminación de las obras, puesto que,
debido a las dificultades que crea la guerra europea en la construcción de las
obras por falta de materiales, estos plazos resultan muy reducidos.
Termina
el año y, pese a la actividad máxima que ha
llevado el Servicio Hidroeléctrico desde su creación —explica Diego Mayoral—,
no ha podido cumplirse el programa previsto para inaugurar sus obras y sus
instalaciones de Seira dentro del ejercicio de 1917, debido a las dificultades
derivadas de la situación mundial, que han aumentado y complicado
considerablemente la labor. Pero la guerra no es la única traba, pues la
escasez de cemento por el incumplimiento del contrato que tienen con una
importante compañía es tal que hay «necesidad de paralizar algunas y otras
ejecutarlas con gran lentitud». Falta igualmente
"...la
mano de obra en cuantía necesaria para dar a nuestros trabajos el impulso
deseado, a causa de la emigración y de la gran demanda de obreros que hacían
otras obras de la región (Riegos del Alto Aragón y Canfranc) y de la provincia
de Lérida (Canadiense, Energía Eléctrica, y Fuerzas Productoras), y únicamente
al finalizar el año, esto es, cuando el rendimiento del bracero era pequeño y
las inclemencias de la estación obligaban a reducir las obras de albañilería,
acudieron los necesarios."
Con
todo, el número de trabajadores en las obras sobrepasa las 1000 personas todos
los meses y durante varios se han superado ampliamente las 2000, llegando el 23
de noviembre a 2303, cifra récord de las obras.
Por José Antonio Cubero Guardiola
Este artículo se publicó en el número 20 de la revista "Els tres llugaróns", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en el invierno de 2017.
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